Según fuentes anónimas, Arabia Saudita planea aumentar gradualmente su producción de petróleo a partir de Diciembre. Se espera que este aumento totalice 1 millón de barriles por día para fines de 2025. Si bien es probable que esta medida debilite los precios del petróleo, el impacto en Arabia Saudita puede mitigarse con sus reservas de divisas y la emisión de deuda soberana, que puede respaldar sus planes de infraestructura.
La decisión de aumentar la producción se produce en respuesta a la caída de los precios del petróleo. En 2022, el crudo Brent promedió 99 dólares por barril, pero los recientes recortes de producción de 2 millones de barriles por día no han mantenido los precios altos. A principios de este mes, el crudo Brent cotizaba por debajo de los 70 dólares por barril. Arabia Saudita, como productor líder de la OPEP y actor clave de la OPEP+, suele gestionar cuotas de producción que a veces entran en conflicto con las ambiciones de precios. Esta última decisión parece ser un movimiento estratégico para introducir una nueva dirección del mercado sin problemas.
Otras naciones productoras de petróleo pueden enfrentar desafíos más importantes debido a este cambio de política. Irán, por ejemplo, podría luchar con la reducción de los ingresos debido a sus sanciones en curso. Del mismo modo, Rusia podría enfrentar dificultades, lo que podría llevar a una repetición de la guerra de producción de 2020 entre Rusia y Arabia Saudita. La Agencia Internacional de la Energía predice un excedente de capacidad de 8 millones de barriles por día para 2028, lo que podría complicar aún más la dinámica del mercado.
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, ha expresado una opinión opuesta, anticipando un aumento constante de la demanda de petróleo y gas natural durante las próximas décadas. En un evento del sector en Moscú, Novak destacó que los hidrocarburos seguirán siendo un factor dominante para satisfacer la demanda energética mundial futura. Reconoció el papel cada vez mayor de las energías renovables, pero sostuvo que no cubrirán por completo el crecimiento de la demanda energética mundial. Novak apoyó el pronóstico de la OPEP de que la demanda mundial de petróleo aumentará alrededor de un 20% hasta superar los 120 millones de barriles por día para 2050, y también predijo un aumento del 35% en la demanda mundial de gas durante este período.
La decisión de Arabia Saudita de aumentar la producción de petróleo marca un cambio significativo en su política petrolera, que refleja las realidades actuales del mercado y la necesidad de estabilidad económica. Si bien esta medida puede conducir a precios más bajos del petróleo, el uso estratégico que hace el reino de sus recursos financieros apunta a mitigar el impacto. El mercado petrolero mundial deberá adaptarse a estos cambios, con diferentes implicaciones para los diferentes países productores de petróleo y la economía internacional en general. Mientras tanto, Rusia sigue siendo optimista sobre la demanda a largo plazo de hidrocarburos, lo que destaca la importancia continua del petróleo y el gas en el panorama energético mundial.